El multimillonario que quiere limpiar los océanos con un enorme yate

Frente a la costa de Brattvåg, Noruega, a solo unos cientos de millas por debajo del Círculo Polar Ártico, el Rev se asoma en el Atlántico Norte. Es el caparazón de un barco: forjado pero aún no equipado, con un casco de color canela y negro que lo hace parecer un naufragio dragado.

“Me veo pasando dos meses al año en el barco”, dice su propietario, el multimillonario noruego Kjell Inge Rokke. Cada detalle de la embarcación requiere su firma: el submarino, los helipuertos, las tres piscinas y los jacuzzis. Pero este no es el típico juguete multimillonario. También a bordo hay ocho laboratorios y un vehículo de operación remota que puede descender a una profundidad de 19,000 pies, según Forbes.

Rev es una contradicción flotante. Por un lado, es el superyate más grande del mundo, la cúspide de la autocomplacencia, con un costo de alrededor de 350 millones de dólares. Sin embargo, Rokke prefiere un encuadre diferente. Rev, insiste, es un buque de investigación. El plan es simple. Rokke, de 61 años, permitirá a los científicos usar el yate de forma gratuita para trazar parches de basura oceánica, evaluar las poblaciones de peces y probar los niveles de acidez del agua. Cuando no estén a bordo, lo usará él mismo por placer, o lo alquilará a las celebridades del mundo y donará las ganancias a proyectos de conservación.

Rokke, como el yate, es una contradicción. Amasó su fortuna de 1.7 millones de dólares extrayendo de los mares, desde la pesca de arrastre hasta la perforación en alta mar y el transporte marítimo comercial.

“Soy parte del problema”, admite. Ahora, dice, quiere limpiar las cosas. Pero no lo suficiente como para desprenderse de su cartera de empresas contaminantes.

Una respuesta a "El multimillonario que quiere limpiar los océanos con un yate enorme"

  1. Liz Rolf dice:

    Probablemente sea mejor tenerlo a cargo de las empresas contaminantes mientras pueda contenerlas (esperamos) en lugar de vender a otros a quienes les importa un comino. Es en este momento cuando la naturaleza parece estar luchando contra nosotros, que él y los demás realmente necesitan considerar lo que están haciendo (y no simplemente hacer gestos para limpiar lo que ensucie, por pequeña que sea la bienvenida).